Camilo Delgado Arjona: APOKALYPSI

APOKÁLYPSI

David Chalons, se enfrenta a una conspiración capaz de llevarnos al Apocalipsis.

SINOPSIS

El siglo XX, la centuria de la ciencia y la tecnología. Sin embargo, lo que debería resultar en una mejor calidad de vida, se ha visto empañado por los aberrantes hechos protagonizados por el hombre.

En esta obra, el autor plantea la situación de nuestra sociedad y en especial expone las influencias silenciosas que la rodean, sojuzgando al ciudadano común y corriente, inerme en su ignorancia de las fuerzas que mueven al mundo y lo colocan sin lugar a dudas, a las puertas de la destrucción.

David Chalons, experto en astrofísica y nanotecnología, llega a la isla de Patmos con el fin de conocer la gruta donde Juan escribió el Libro de las Revelaciones, a partir de allí, se ve inmerso en el caos desencadenado por un grupo internacional, para controlar el mundo. Atentados, secuestros, dinero y poder se mezclan en una confabulación en la cual los ciudadanos comunes y corrientes son víctimas inermes.

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ATENAS

El restaurante en el último piso de la construcción permitía observar el panorama de la ciudad, alumbrada a esas horas de la noche por miles de luces de diferentes colores. Mientras saboreaban un mojito como preparación para la cena, acompañado por un entremés a base de salmón de Balik, el más fino del mundo, ciento por ciento hecho a mano en base a una antigua receta rusa, queso en bloque y aguacate, la Acrópolis los acompañaba en la cima del monte, resplandeciente por los potentes faros y sus reliquias iluminadas, el Partenón, el Templo dedicado a Atenea, la diosa patrona de la ciudad, cuya construcción se inicio en el año 447 a.C. y el Erecteón, con su célebre tribuna sostenida por seis copias de las “cariátides,” figuras femeninas esculpidas bajo el entablado del pórtico, cuyas cinco esculturas originales se encontraban en el museo de la Acrópolis y la sexta en el museo Británico.

El maitre se acercó al frente del desfile de meseros para servir los platos principales. ̶¿Saben ustedes la razón por la cual las estatuas femeninas del Erecteón tienen ese nombre? ̶ preguntó.

Ante la negativa de los comensales, con una sonrisa de satisfacción en su rostro procedió a explicar. –El nombre proviene de Caria una zona en la antigua Laconia, cuya ciudad más importante era Esparta. Durante las Guerras Médicas se alió con los persas y a causa de esto sus habitantes fueron exterminados, sus mujeres convertidas en esclavas y condenadas a llevar las más pesadas cargas, por esta razón las columnas no son las típicas griegas, muestran las efigies femeninas castigadas a tolerar el peso del templo por toda la eternidad. En 1801 una de las estatuas originales fue removida por el séptimo conde de Elgin, un escocés llamado Thomas Bruce, con el fin de decorar su mansión para luego venderla al museo Británico, donde permanece en la actualidad. Una leyenda ateniense cuenta cómo en las noches se pueden escuchar los lamentos de las otras cinco esculturas, por la pérdida de su hermana.

LA COFRADÍA

Por alguna razón desconocida, a esas horas de la madrugada los reflectores colocados para alumbrar las ruinas dejaron de funcionar, en su reemplazo, la luna llena tomó posesión e iluminó la oscuridad nocturna como si fuera un potente reflector, sobre las sombras de columnas derruidas y la planicie cubierta por pedazos de rocas, talladas por esclavos ancestrales.

Las esculturas femeninas cual espectros, se extendían sobre el solitario suelo y los gemidos por la ausente estremecían el espíritu de hombres y mujeres protegidos por sus mantos, reunidos en la vertiente sur de la Acrópolis, en el “Témenos,” el recinto sagrado dedicado al dios.

Los miembros de la Cofradía, ocupaban una zona de las gradas en piedra, extendidas hasta el camino ubicado alrededor de la colina, en terrenos de Dionisio, señor de las viñas y del teatro, de la locura y el éxtasis religioso.

Un individuo, cubierto el rostro por una máscara hecha en lino como todos los presentes, dirigía la reunión, su voz profunda resonaba por efecto de la careta, en una parodia de la representación de una tragedia en el teatro griego de la antigüedad. –Queridos hermanos, los miembros responsables de las secciones deben presentar sus informes –anunció–. Comenzaremos por la coordinadora de América Latina.

Una mujer alta, cuyo cuerpo cubierto bajo la capa por una corta túnica blanca, dejaba ver sus torneadas piernas e insinuaba las ingles, se puso de pie con parsimonia. Su silueta reflejaba la autoridad dada por su cargo, en la dirección de un conglomerado bancario a nivel mundial. –En los últimos años, hemos logrado un considerable endeudamiento y como consecuencia de ello, un incremento en la inflación cercano al cincuenta por ciento en la mayor parte de los países de esta zona, obligados a producir importantes devaluaciones en sus monedas. El resultado ha sido un gran aumento en los impuestos, los ciudadanos no han tenido otro camino que endeudarse y por ende la clase media ha virado hacia la pobreza absoluta, con su casi total desaparición. Se han presentado grandes manifestaciones de inconformidad, redundando en levantamientos sociales influidos por ideas contrarias al capitalismo y la aparición de líderes mal preparados y deshonestos, coadyuvantes indudables en la debacle.

»Logramos elegir un militar en el mayor cargo de una de las naciones más corruptas de la región, lamentablemente después de algunos períodos en el poder el individuo falleció, no obstante tuvimos tiempo suficiente para entrenar gente y uno de sus lacayos se convirtió en su sucesor. Este morón ególatra, antiguo conductor de un autobús, ha continuado nuestras directrices, en consecuencia se ha producido un gran desabastecimiento de productos básicos y la gente ha llegado a una terrible situación de hambre y desempleo. Con una crisis tan profunda, se ha visto obligado a ordenar la utilización de máquinas lectoras de huellas dactilares en las tiendas de alimentos, con el fin de racionar las compras realizadas. Este tipo de caos debemos extrapolarlo a otros países, una vez esto ocurra, estaremos en capacidad de aparecer como salvadores de los pueblos y tomar el poder –concluyó.

EL ALAZÁN

“Y salió un caballo rojo y al que lo montaba le fue dado poder

para quitar la paz de la tierra y para que se matasen unos a otros;

y le fue dada una gran espada.”

Apocalipsis 6:4

Salido de la espesura, el bellísimo animal caracoleaba y se levantaba sobre los cuartos traseros, poseído por una energía exuberante. La musculatura reluciente contraída por el esfuerzo, reflejaba el poderío de una verdadera máquina de guerra, con el pelo color canela ondeando al viento y sus resoplidos al encabritarse, corrió en varias direcciones hasta detenerse en un extremo del barranco.

La neblina, surgió con lentitud en la frontera entre la depresión erosionada y el bosque exuberante, se expandió hasta cubrir el paisaje y desaparecer la figura del cuadrúpedo, como si un telón hubiera sido colocado frente a ellos.

El sonar de trompetas y cañones, asociado al ruido de fusilería, sirvió de marco para el ingreso de miles de soldados cubiertos con casacas rojas, en persecución de un grupo de nativos, cuya piel negra contrastaba con la palidez de sus contrincantes y el escarlata de sus uniformes. Los fusiles armados con bayonetas rasgaban la carne de los indígenas, teniendo como fondo el tableteo de las ametralladoras, en una lucha desigual de jabalinas, hachas, escudos hechos con piel de animal y lanzas de asta corta y hoja larga.

Los combatientes desaparecieron por un extremo del escenario y sin permitir descanso a los espectadores, aparecieron de nuevo en pocos segundos. Esta vez las víctimas de la masacre fueron los uniformados, cuya sangre intensificaba el color de su guerrera en una cerrada lucha cuerpo a cuerpo, al grito terrorífico de “Maten a los hombres blancos.” Alrededor de cinco mil combatientes perecieron o fueron heridos y rematados en el campo de batalla.